La Congregación para la Doctrina de la Fe de la Iglesia católica declaró que los sacerdotes no pueden bendecir las uniones de personas del mismo sexo, por la cual estas no pueden declarase lícitas, ya que en el valor sacramental de las acciones litúrgicas de la Iglesia el requisito es que lo que se vaya a bendecir esté “objetivamente ordenado a recibir y expresar la gracia, en función de los designios de Dios inscritos en la Creación”.
