“El triunfo de la estupidez” es el título de un cándido poema de T.S. Eliot (1910) y de un artículo de Bertrand Russell (1933), donde el sabio británico, anticipándose a la barbarie nazi, denunciaba que el problema del mundo moderno residía en la seguridad de los estúpidos y las dudas de los inteligentes. Pero la continuidad del reinado de la estupidez humana hasta nuestros tiempos no es asunto de un siglo.