En la Universidad de Cambridge (Inglaterra) un equipo de investigación desarrolló un dispositivo que transforma la luz del sol, el dióxido de carbono (CO2) y el agua en combustible de carbono neutro, y lo hace, además, sin la ayuda de catalizadores o electricidad.
Se trata de un dispositivo autónomo e inalámbrico supone un avance significativo hacia la fotosíntesis artificial, el proceso que imita la capacidad de las plantas para convertir la luz solar en energía.