Instalados en bancos, acomodados en sillas o tendidos en el piso sobre sábanas, los heridos del terremoto que asoló el suroeste de Haití el sábado se agolpan en el servicio de emergencias del hospital de Cayes, que comenzaba a recibir refuerzos.
Rudolphe Steven Jacques, un médico de 26 años, es uno de los profesionales de la salud que arribó de la capital, Puerto Príncipe.