Los países europeos evalúan medidas para intentar evitar que las fiestas de Navidad puedan ser un elemento difusor del coronavirus, lo que se traduce en nuevas restricciones en Alemania y Reino Unido, y desescaladas más lentas, como en Francia.
Las medidas que fueron impuestas por algunos lugares de Europa a mediados de octubre, ante una segunda ola de contagios de COVID-19, han dado sus primeros frutos. Sin embargo, algunos de estos gobiernos europeos han decidido no bajar la guardia mucho antes de las fiestas.
En Francia, por ejemplo, los comercios no esenciales tendrán permitido abrir a partir de este fin de semana, y si la situación sanitaria sigue mejorando, el gobierno contempla levantar el 15 de diciembre el confinamiento, impuesto desde hace casi un mes, y dar entrada a un toque de queda nocturno.
Por otra parte, en toda Inglaterra podrán abrir los comercios no esenciales y las escuelas, que no cerraron durante el confinamiento, seguirán dando servicio con normalidad. Pero se recomienda el teletrabajo en todas las zonas, incluidas las de menos presencia del coronavirus.