Hoy sí espero dormir. Es lo que María piensa cada noche cuando se prepara para irse a la cama. No todos los días es igual; algunos se acuesta y logra conciliar el sueño relativamente rápido, pero un par de horas después despierta, sin aparente motivo alguno. En ocasiones la absorben los pendientes que tiene que solucionar al otro día; en otras, su mente está en blanco y se ordena a sí misma que tiene que volver a dormir, lo cual consigue ya casi cuando tiene que levantarse para iniciar su día. Otras veces, desde que se acomoda en su cama le es difícil dormir y cuando lo logra se despierta en varias ocasiones durante la noche, no alcanza el sueño reparador que le impida al otro día sentirse cansada e irritable.
Como María, un 30 por ciento de la población de nuestro país padece insomnio, este trastorno del sueño puede deberse a algunos otros padecimientos; sin embargo durante el confinamiento, el número de personas que lo padecen se ha incrementado.
El médico psiquiatra, Juan Diego Martínez Franco, coordinador de programas médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) precisó que el cambio en los estilos de vida, que vivimos a raíz de la pandemia por Covid-19, ha provocado que las personas alteren sus costumbres relativas al sueño; además de que en muchos de los casos el nivel de estrés se ha incrementado, incidiendo directamente en los patrones de sueño.
Martínez Franco explicó que el sueño es necesario para restablecer las áreas físicas y mentales del organismo, a través de él, los órganos vitales logran un equilibrio, comentó que lo ideal son entre 6 y 8 horas de sueño, sin embargo esto depende de cada persona, quien tiene un mayor desgaste físico o mental durante el día, requerirá de mayor tiempo de sueño.
“Una persona que no duerme adecuadamente va a presentar un desequilibrio en las demandas físicas y mentales y sus necesidades de recuperación, y eso incrementa los niveles de estrés además de presentar riesgos de enfermedades como diabetes mellitus, obesidad, esto como consecuencia de la no recuperación hormonal o física que se lleva a cabo durante el sueño. También incrementa la posibilidad de padecer enfermedades del corazón o hipertensión arterial, entonces una persona que no duerme se manifiesta básicamente por cansancio, cambios de humor, irritabilidad diminución de la capacidad para reaccionar que puede derivar en accidentes, problemas de memoria”, detalló el médico experto en trastornos del sueño.
Señaló que el insomnio puede ser considerado un problema que requiere de atención médica, cuando se presenta diariamente por espacio de dos o tres semanas, pero sobre todo si la falta de sueño empieza a tener consecuencias en el humor, se registra falta de atención.
Por último, el doctor Juan Diego Martínez Franco dijo que también se pueden recurrir a los remedios caseros como la leche tibia, cenar ligero e incluso los baños con agua de hojas de lechuga, pueden funcionar para conciliar el sueño.
Por Martha Bautista
