Por Óscar Antonio Roa
La Historia moderna de México no podría concebirse sin la participación de José Vasconcelos, cuyo 61° aniversario luctuoso es conmemorado este 30 de junio.
Pasarían una gran cantidad de años y de viajes antes de que este político, filósofo y educador se asentara en la Ciudad de México, lugar donde estudiaría en la Escuela Nacional Preparatoria, así como en la de Jurisprudencia; por lo tanto, puede decirse que sus ideales estaban conformes a lo establecido por el partido maderistas, del cual formó parte.
El factor determinante de la participación de Vasconcelos en la Revolución mexicana es en el ámbito internacional, sería en principio agente confidencial de Francisco I Madero en Estados Unidos, a la muerte de este personaje, fungiría como confidente en la administración de Venustiano Carranza para evitar el financiamiento de Inglaterra y Francia al régimen de Victoriano Huerta.
Carranza buscaría encarcelarlo por sus críticas al gobierno; por lo tanto, pasaría varios años en autoexilio, antes de la llegada al poder de Álvaro Obregón, presidente con el cuál regresaría y ocuparía el cargo de Secretario de Educación Pública, sería en este puesto donde apoyaría a la reestructuración cultural posrevolucionaria, caracterizada por el florecimiento del movimiento muralista mexicano.
Dos veces candidato, una a la gobernatura de Oaxaca y la otra a la Presidencia de la República, de las cuales tendría una rotunda derrota, decidió desterrarse nuevamente con la llegada de Pascual Ortiz Rubio. Sería en ese momento cuando se dedicaría a escribir las obras más apreciadas de este reformador educacional, sobre todo, por tener tintes de novela histórica mezclados con una autobiografía, estos son: Ulises criollo, La tormenta, El desastre y El preconsulado, aunque escribió también otras obras literarias.
Su legado abarca entre muchas cosas, la creación del lema de la UNAM “por mi raza hablará el espíritu”, ser miembro fundador del Colegio Nacional, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, así como otros cargos donde dio un gran aporte antes de su deceso el 30 de junio de 1959 en la Ciudad de México.
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