Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio aplazaron a junio su decisión sobre la presencia o no de espectadores locales, un símbolo suplementario de la incertidumbre que continúa acompañando a la preparación del evento (23 de julio - 8 de agosto) en plena pandemia de COVID-19.
Los organizadores anunciaron además que los deportistas participantes deberán someterse a pruebas de coronavirus cada día, cuando el plan inicial preveía controles cada cuatro jornadas.