La vida de bajo costo en los países pobres y de los países en desarrollo implica que la industrialización venda productos baratos que no alimentan, que la vida sea decadente en el sentido de la precarización. La venta de una historia ascendente en los términos de la construcción de infraestructura son las vías para acabar y extinguir con el proyecto de la vida natural y de la vida en comunidades donde el valor de la vida es distinta a la de la producción industralizada. En la agenda de la política el establecer estos proyectos se ven como la avanzada a mejor, pero el gobierno es solo el ajustador de la extinción y el negociador del modelo de vida precarizado para ventajas de una administración que se somete al modo de vida imperial.
El bienestar de las causas no alcanza un modelo de vida imperial ecológico cuando se implica que la nueva infraestructura sea producir más basura y deterioro y no un modo de vida realmente ecológico. Transformar todo en la forma de la modernización es un proceso caro e inútil a veces. El empleo y los beneficios que disfrazan el modo de vida de la cultura de la comunidad local son en resumen vivir precariamente con una explotación de otra dimensión y en el cual los oligarcas son los que llevan las ganancias y viven en el modo de vida imperial.
Pero detengamos las cosas más aún, no solo es el modo de vida imperial es el modo de vida imperial del propio régimen político ellos se crean para sí mismos un sistema y un proyecto para monopolizar de modo exclusivo el poder, revisar la historia para crear y destruir con un tono del discurso que suena a totalitarismo y a fascismo diciendo que ellos son la solución es lo que ha sido el modo de vida imperial local donde se ha pasado por la dictadura blanda y se transita hacia otra. Con mismos actores egresados de los mismos institutos políticos. O en más donde hay una versión de cómo hacer instituciones que no se diferencian del sistema político o del sistema del derecho.
Superar la decadencia del modo de vida precario que nace en el modo imperial de vida y del modo de vida imperial local es una tarea del desarrollo de condiciones donde entendamos que no basta con salarios y trabajos precarios, no basta con quejarse de la historia y proponer un nuevo totalitarismo soterrado, no basta hacer de nuevo el régimen político, sino de soluciones precisas con proyectos públicos que entiendan las necesidades, las demandas y los deseos de la población.
De una ética que implique no una cartilla moral o la idea en pocas formas de que el representante de Dios en la tierra, y el representante del bien absoluto es el mismo, o que es el dueño de las instituciones. Una ética debe basarse en la confianza y esta se crea con la tensión entre la legitimidad y la validez, dando cuenta de que la justicia está en la media de la gobernanza. De tal manera que el uso responsable del poder y de la guía de los proyectos deba pensarse en términos de la cultura, necesidades, demandas y deseos de las personas y del intelecto exclusivo del representante y su camarilla de mafiosos.
La actual coyuntura política en el quehacer de su bla bla bla no alcanza a ver la forma de la comunicación precisa con las personas, las campañas son para ir a echar el rostro porque no toman nota de las necesidades, demandas y deseos de la población de modo que instrumenten proyectos dignos para lo que se supone llegan a gobernar. Tomarle el pelo a la gente con gente impreparada como actores, deportistas, o figuras que no tienen preparación política es una merma en la tarea de gobernar un país y hacer proyectos que respondan a las necesidades, demandas y deseos de la población. La sensibilidad de una tarea como esa es la que debe estar por encima de hacerla de payasos en la TV haciéndose publicidad. El negocio del pastelazo es para expertos y no para hacer un simulacro de venta de naderías que son incluso irreales.
Promesas vacías que implican el cinismo de ganar para meterse dinero a la cartera, son de esos limosneros que hacen su numerito de teatro y después asaltan las arcas del erario público haciendo más simulacros que no sirven para el bien común.
Por eso la necesidad de realizar éticamente los proyectos públicos y de realizarlos con finalidades del bien público desde el momento electoral, implica una disciplina rigurosa de la ciencia que está detrás de los procesos políticos y que debe ser más que la irracionalidad de la venta de imagen y la simulación. Este mundo no es virtual en el sentido de las imágenes y los simulacros, la política tiene responsabilidades profundas en los modos de vida y este país no debe ser un país de imágenes e imaginaciones o simulaciones, sino de realidades que tocan con la gente real.
Y si en el relato los amigos de las huestes representativas del modo de vida imperial local se apuestan por prácticas laterales fascistas poniendo a sus hijos y manteniendo el puesto en el congreso para salir a decir del instituto electoral que se los va a joder, eso y llegar a la apuesta de sangre de un relato donde el poder se apuesta por medidas totalitaristas incluyendo no ser llamado a cuentas por crímenes sexuales implica lo mismo la guerra actual es por cosificar y mercantilizar a las mujeres y destruir la forma y estructura de un mecanismos que tiene en paz a las calles, y no las amenazas de capos de la nueva mafia mexicana.
No solo es un relato de dos pisos del modo imperial de vida y del modo precario de vida sino de sus altos mecanismos para mantener oprimidos a las personas bajo modos de vida que destruyen lentamente su estructura y profanan sus certezas. De modo que en ellas surgen las paradojas como la necroeconomía y la necropolítica.