Si nos ponemos a pensar en escenarios y futuros de la cuestión de la pandemia podemos entender que la eugenesia es el proceso central de lo que implica la vacunación de SARS-CoV2, debido a que en ella como hipótesis se protagoniza una lucha política por la selección de públicos políticos bajo la lógica hacer vivir, dejar morir, que es en tanto biopolítica un modo de control que opera para decidir en todo orden el proceso para revelar quién si es viable para el sistema social y quién no. Desde luego el apunte del proceso revela las condiciones desde las cuales se organizan las previsiones presupuestarias que sobre la exclusión, que decanta en ganancias para el estado y que para la finalidad que se asocia a esos fines se trata de presupuestar para los gastos dentro de los estados de la federación mexicana y de cada estado a nivel global una lógica que haga un consumo del riesgo como riesgo evolutivo que decante una selección a alto nivel en el que las prioridades sobre personas decanten en una selección de quienes califican a los estándares de cada nación. Ser persona viable o no serlo define este reparto, pero aguas no todo reparto garantiza que se queden con lo mejor, porque lo mejor no siempre es la adecuación con el estándar sino una nueva conquista evolutiva que es aparte de la sobrevivencia del más fuerte sino la re-estabilización de todo el sistema que está de fondo al haber superado la pandemia entre comillas.
Igual que como este tema está lo de la UE-Brexit en el acuerdo rápido se llega a él por medio de una negociación que decanta como un resolutivo sobre la hegemonía del bloque occidental tras la Segunda Guerra Mundial. Y que hoy día es cuestionada por el G2 de China y Rusia, los BRICS y él Sudeste asiático, los perdedores de la guerra mundial. Donde la posición anglosajona pretendía con una visión más económica hacer más procesos de manera más sencilla y dominar los procesos económicos y de paso las decisiones políticas centrales desde una visión congruente con las premisas inglesas en la zona de Europa y hasta Europa Oriental y ver la posibilidad de trabar relaciones con las problemáticas de la zona de Oriente y Medio Oriente y obviamente involucrarse en cuestiones económicas que son más competitivas porque significan que haya bienestar con menos desigualdades para esas regiones. Por eso, el acuerdo de Boris Johnson con Van Der Leyden implica que la gestión actual de las dos regiones es de tal magnitud que deriva en un acuerdo donde Reino Unido y la UE salen beneficiados y hay un equilibrio de poder en el cual el resultado esperado es gestionar la hegemonía de un modo no beligerante con la región asiática y Asia Pacífico, con Europa Oriental y con Medio Oriente.
Una teoría de la complejidad como la de Niklas Luhmann nos explica este proceso como parte de la idea de variación, selección y re-estabilización que como ejercicio lingüístico en la posición de los medios y en la comunicación política lleva como en Searle a tener una relación de cómo hacer palabras con las cosas y cómo con Foucault de las palabras y las cosas y más allá de las palabras en las cosas, que define el tono de esas precisiones sobre el proceso de llegar al acuerdo entre Boris Johnson y Van der Leyten y de la aplicación de vacunas de SARS CoV2 en la estrategia de los países.
