Luego de haber cumplido una suspensión de un año por resultados positivos al consumo de metanfetaminas, el futbolista Víctor Guzmán fue habilitado por el club Pachuca para participar en el Torneo Guardianes 2020.
Sin embargo, su caso aún no está cerrado.
El futbolista fue sometido a un control antidopaje el 10 de agosto del año pasado al terminar el encuentro entre Pachuca y Querétaro, correspondiente a la fecha cuatro del Torneo Apertura 2019, pero el Laboratorio Antidopaje de La Habana regresó el resultado del análisis de la muestra de orina cinco meses después, esto es, en enero de este año, cuando Guzmán ya había sido adquirido por las Chivas.
El club jalisciense determino cancelar la compraventa tras enterarse de la falta.
Como parte del protocolo, Víctor Guzmán pidió que se abriera la muestra B que confirmó la presencia de metanfetamina en su cuerpo, un estimulante no específico que se encuentra en la Lista de Sustancias y Métodos Prohibidos en Competencia por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA).
De acuerdo con el Código Mundial Antidopaje (CMA), Guzmán ameritaba una penalización de cuatro años.
Sin embargo, el castigo se redujo significativamente porque el deportista se acogió a dos supuestos:
1) La confesión inmediata, reconoció haber usado la sustancia prohibida
2) Proporcionó datos sustanciales para el descubrimiento o la demostración de infracciones de las reglas antidopaje como lo menciona el artículo 10.6.1 del CMA.
Desde finales de 2018 el Comité Nacional Antidopaje habilitó un Panel Disciplinario independiente integrado por tres personas, que son responsables de revisar los casos de dopaje que se presentan en México.
