El circo electoral y/o de la pantomima del poder

El circo electoral y/o de la pantomima del poder

El partido de los luchadores de esos del catch y todos los candidatos contra los derechos humanos, y todos los minoristas que pierden su registro no son más que oportunistas de la política, son los que acarrean para los partidos grandes de tradición. La versión de una guerra psicológica contra un electorado no ignorante sino impresionable es la eficiencia de modos de buscar en los presupuestos para partidos el modo de propagar la infección de una política de parásitos, de gente vividora del sistema. Allende donde la idea del presidente es cancelar el INE debía ser parte de su política excluir a agrupaciones de gente que ahora se trata de diferenciar pero que forman parte de las tribus que con otro poder de convocatoria han protagonizado alianzas con narcotraficantes y con gente nefasta que son en esencia asesinos de sus enemigos simulados o de toda oposición, enarbolando valores determinados de propaganda sobre sindicatos, agrupaciones de gente que está en contra de los derechos humanos y que representa el fascismo de derecha, que defiende valores inaceptables para la propia derecha o la iglesia, y que son en la forma básica gente que vive gratis del erario público y que se hacen amigos de grupos en partidos con políticas bien establecidas para entrar en el círculo del presupuesto.

 

Vividores de plano que debemos excluir como parte de las políticas anti neoliberales actuales, así como los partidos del 20 al 30 por ciento representan a mafias del pasado, estos son partidos que se desagregan por lo peor de la misma mafia, una mafia que se esconde tras nuevas máscaras, e ideas de intelectuales que se venden en proyectos que ellos respaldan por las cuotas recibidas que vienen de nuestros bolsillos y que se presupuestan a través del instituto político.

 

La mafia así progresada en factores de novedad como poner luchadores y personajes de la farándula y gente pro-vida y ultraderecha para hacer escándalos; es el shitstorm que precipita la diarrea de la opinión pública pero que por gracia de que ya nadie cree en cuentos pues sale a denotar que no hay espacio para propuestas con disfraz de novedad, pero respaldadas por los mismos que nadie quiere ver en sus partidos.

 

Los mafiosos de la intelectualidad le venden las ideas de otros actores que suponen respaldarán con sus potencias a los propios, pero el consenso no alcanza cuando se vende el proyecto a la comodidad de nada de la misma basura de siempre. Gente que es una vividora sin nada que aportar más que el dividendo de la ganancia del presupuesto electoral. Eso es lo que significa toda la basura mediática. En un país como este donde una mafia que trasnocha en tres partidos que fueron la coyuntura de la década pasada y que destruyeron el país, los vividores no son opción. Los vividores concretan sus mafias aleccionando jóvenes a pensar para los mismos de antes cual cadáveres que no quieren morir porque ya sus pretensiones de poder no son más que basura electoral y buenas palabras en forma de irrelevancias que se mandan hacer propaganda.

 

Propaganda que la intelectualidad construye y que refuerza con la juventud su papel de chupasangres y de drenadores de energía donde todos sujetos por pactos intransparentes con una ideología inventada pero sostenida en las imágenes de religiones manipuladas e inventadas a modo cuales mitologías de bolsillo y precariamente significativas más allá de los pensamientos de sus interventores sacudir las conciencias de personas que no encuentran ningún proyecto viable entre la cháchara de la pseudo religión presentada como novedad y que para los jovencitos que llegan a la política es seductora pero es solo el regodeo de la presión de sentir poder un poder que no han tenido y que temen en esos líderes que ya no salen a flote en todas esas momias del pasado que no sueltan los hilos y que los tienen expropiados de la mente.

 

Si vemos quienes son las caras de la realpolitik de estos entuertos son caballeros y damas, que elogiosamente los llamo de ese modo, porque es burla, que no se pueden sostener solos y que beben la energía de la juventud que asechan con sus peroratas de el gran poder, ese gran poder de la fe en ese poder, nos da corruptos de siempre tras la corrupción de nunca que es nueva corrupción.

 

Hacerse pendejos en su manipulación secreta es la clave de éxito de las corruptelas, los jóvenes que se entregan a este capital de una clase social de raza distinta que es un simulacro, es la gente que eventualmente de ver tanto su precariedad y ejemplo nefasto los que se ensañan con la gente de a pie. Son los mismos torturadores, asesinos, quienes son el origen de la desaparición forzada de los crímenes y estadísticas de asesinatos y de crímenes diversos.

 

Hacerse pendejos es la clave de sus secretos, ahí donde manipular y encubrir es la clave de ese poder, tenemos la podredumbre de esta sociedad. Hacerse pendejos y tener cara de idiotas es la única experiencia de cara al poder que les llama a la sorpresa el día que ya no tienen poder, hacerse pendejos los lleva a sostener ese poder del autoritarismo y la idolatría a su imagen de personas solventes ante el colectivo, cuando no son sino pirañas disfrazadas de mansos corderos. Los corderos son las nuevas generaciones que creen en que ellos van a hacer el cambio o que participan de algo grande, y al final el propio modo los lleva a la misma basura de siempre, ellos se vuelven en el hacerse pendejos como ceguera de su propio cinismo a tomar la fuente del proceso sobre la muerte de otros como única potencia de lo que pueden hacer.

 

No administran para la gente, son gentecilla y gentezuela vividora que expropia las fuentes de riqueza para sus amigos con quienes crea redes de poder para explotar y vivir parasitaría mente de todos los demás y es el modo en el que el hacerse pendejos como síntoma del propio poder y de su embobamiento perverso consolida la lucha social personal de esos viejos de siempre y donde los nuevos jóvenes que tienen el hígado de soportarlos porque hay algo que ganar se van agregando a esa “élite” o mafia que representa el vivir a expensas de otros.

 

Hay que tener conciencia, este circo electoral es la vista clara de la violencia sin fin porque no hay finalidad de ningún tipo donde el elector es domesticado para creer que esa mezcla entre hacerse pendejo y tener cara de idiota a la imagen para la posteridad nos da cara de inocentes a los que debemos creer porque son los avatares de la democracia. Son vividores en esencia, parásitos y enfermedad de todas las enfermedades sociales. No quieren la democracia, quieren el dinero y construir su red de poder e influencia. Maquillada de bienes colectivos y del bien común.

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