Roger Bartra, reconocido intelectual de derecha e investigador emérito de la UNAM, acaba de publicar un libro de microensayos, donde expresa con particular vehemencia la animadversión que le provocan AMLO y la Cuarta Transformación. El libro lleva por título El regreso a la jaula. El fracaso de López Obrador (Debate, 2021). El Doctor en Sociología por la Sorbona nos aporta un libro de opinión, sin aparato crítico, sin apartado de bibliografía, con un manejo pobre de fuentes, lleno de juicios de valor y sustentado en la autorreferencia: más o menos una cuarta parte del libro es un copy-paste de sus columnas de opinión y de los desplegados de intelectuales opositores a la 4T. Sin embargo, este libro con tan poco valor académico es muy importante para comprender la crisis intelectual de los sectores reaccionarios.
El autor se define como socialdemócrata de izquierda, pero sus colegas intelectuales, con quienes suele firmar rotundos desplegados, son de derecha; sus propuestas, inquietudes y alarmismos también. Bartra conceptualiza un tipo de izquierda en la que al parecer sólo él milita. Desde el extravío teórico sobre las categorías del espectro político, Bartra admira la “inteligencia de un líder como Ricardo Anaya”, en quien observa un “crítico agudo” que dio un “giro a la izquierda” (para moverse al “centro”) en su campaña presidencial. Confiesa que se entusiasmó en 2017 con la alianza entre PAN, PRD y MC para “frenar al populismo”. Tilda a esa alianza de “liberal y reformista socialdemócrata”. A su entender, el PAN es el “poderoso partido de la derecha democrática”, mientras el PRD y MC son “partidos de izquierda”. Para rematar, en un curioso acto de humor involuntario, enlista a Octavio Paz y a Carlos Fuentes como “intelectuales de izquierda”.
Con la seriedad de ser un connotado científico social, Bartra emplea profundas categorías analíticas como “desmadrando el gobierno” y concluye que las elecciones de 2018 marcarían “el momento en el que a México se lo llevaría la chingada”. Describe al discurso político del “demagogo” AMLO como “lleno de necedades y baratijas”, de un “tartamudeo retórico y mental”, con ideas que forman un “confuso batiburrillo”. El presidente mexicano, según el análisis del doctor, es un “malabarista político inepto”. En su lectura de la transición mexicana no aparece la sociedad civil, pues la democracia vino gracias al PRI, al PAN y al PRD, a quienes, con todo y sus defectos, deberíamos agradecer; además son esos partidos quienes pueden salvarnos de la “deriva autoritaria” de la 4T.
Pero en algún momento de su amplia trayectoria, Roger Bartra sí escribió libros un poco más serios. Un clásico es La jaula de la melancolía. Eran finales de los años 80 y Bartra argumentaba que la cultura nacional construida por el Estado priista era análoga al axolote que no evoluciona, se queda en estado larvario y se regenera a sí mismo, encerrado en una jaula melancólica que añora un iluso pasado glorioso. En este nuevo libro, el autor argumenta que AMLO añora ese regreso a la jaula del nacionalismo revolucionario, particularmente a la etapa pre-neoliberal de los años sesenta y setenta.
El apasionado análisis de Roger Bartra aparece en tres partes. En la primera, “El misterio de las elecciones de 2018”, se lamenta por el triunfo electoral de un “movimiento populista de signo reaccionario”. Sin profundizar en los debates sobre el populismo, el profesor opta por tomar tal categoría como comodín o concepto residual, donde en su amplitud todo cabe, excepto, paradójicamente, el pueblo. Por eso ve como inexplicable el triunfo de un candidato “de derecha” como AMLO. No concibe agencia o racionalidad a las mayorías populares, pues las ve como masas sumisas que se equivocaron al votar por un engaño. Y ese desprecio por lo popular, por cierto, sí que se parece a las doctrinas elitistas de derecha.
En la segunda parte del libro, “Los primeros retrocesos”, el autor lanza críticas incuestionables: AMLO “fue un entusiasta militante del PRI”; para ganar la elección presidencial de 2018 pactó con fuerzas priistas, sindicatos y gobernadores; el país vive un proceso de militarización. Es difícil negar esos hechos evidentes. Sin embargo, la evaluación del gobierno lopezobradorista ya como un fracaso quizá sea precipitado. Calificar a la 4T como de “derecha” por no subir impuestos y aplicar austeridad presupuestaria, sin considerar las relaciones de fuerza, sin caracterizar al bloque en el poder o tomar en cuenta las bases populares vinculadas al proceso, es un error poco frecuente en investigadores eméritos. Bartra renuncia a la complejidad de los procesos históricos para concentrarse en las fobias personalizadas, deja las ciencias sociales para abrazar el ensayismo panfletario.
La tercera parte del libro, “El fracaso”, se ocupa de caracterizar un fiasco de medio sexenio. Aquí también se lanzan críticas con las que es difícil no coincidir: la realidad política mexicana es más compleja que la polarización liberales-conservadores; la estrategia de seguridad no ha dado buenos resultados; Morena es un partido dividido donde operan personajes impresentables. Lo paradójico es que las fallas y contradicciones de la 4T sean las características de la restauración autoritaria y la alternativa, según el reconocido sociólogo y antropólogo, sea el voto de confianza a los actores de ese pasado.
Para Bartra, la alternativa a la “deriva autoritaria” de la 4T está en las próximas elecciones del 6 de junio. Para “frenar el avance del autoritarismo”, rescatar la “transición a la democracia” y evitar “el regreso al antiguo régimen de un partido oficial sin contrapesos”, habría que votar por el viejo partido oficial; votar por la derecha para derrotar a otra derecha. A final de cuentas, con sus premisas cantinflescas, el libro del doctor Bartra es una divertida comedia.
